AyA y PNUD celebran implementación exitosa de mecanismo de asistencia entre Asadas durante emergencias y desastres

La emergencia hidrometeorológica que la semana pasada que generó afectaciones en gran parte de la zona norte del país, así como la provincia de Limón y cantones cartagineses, especialmente Turrialba, puso a prueba un mecanismo de coordinación desarrollado para las Asadas.

28 de Julio de 2021

Fotografía: Priscilla Mora Flores / PNUD Costa Rica

La emergencia hidrometeorológica que la semana pasada que generó afectaciones en gran parte de la zona norte del país, así como la provincia de Limón y cantones cartagineses, especialmente Turrialba, puso a prueba un mecanismo de coordinación desarrollado para las Asadas.

Se trata de la herramienta “Procedimientos para la asistencia recíproca entre Asadas para situaciones de emergencias y desastres”, uno de los productos del programa de Fortalecimiento de las capacidades de acueductos rurales para enfrentar riesgos del cambio climático en comunidades con estrés hídrico en el norte de Costa Rica.

Este plan estuvo a cargo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), de forma conjunta con el Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA) y abarcó a casi 200 Asadas en la región norte del país, entre San Carlos y Guanacaste.

¨El modelo de gestión comunitaria del agua es en efecto un mecanismo de participación democrática que contribuye a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y al Derecho Humano al Agua y el Saneamiento y promueve un ejercicio de corresponsabilidad entre el Estado y sus comunidades mediante la prestación de un servicio público básico. Es un patrimonio de organización comunal que debe ser protegido, fortalecido e impulsado. Nos llena de orgullo como el fortalecimiento las capacidades de las ASADAS da frutos en situaciones de emergencia nacional y crisis climática que estamos enfrentando¨, resaltó José Vicente Troya, Representante Residente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)

Gerardo Quirós, encargado de Gestión del Riesgo de Desastre y Adaptación al Cambio Climático del PNUD agregó que ver en acción los sistemas de alerta temprana y la colaboración entre las Asadas ha sido muy gratificante por el funcionamiento oportuno y adecuado de los mecanismos”.

El pasado viernes, PNUD coincidió con el presidente ejecutivo del AyA, Tomás Martínez, y el gerente general Eric Bogantes, en el cierre final del programa, realizado en la Asada de Cuajiniquil de La Cruz de Guanacaste, con participación del mandatario Carlos Alvarado y la primera dama Claudia Dobles.

“Ante una situación de este tipo, que afecta varias partes del país de forma intensa y donde hay daños importantes a los sistemas propios del AyA, es indispensable que las Asadas tengan esta guía que les permita la colaboración mutua, ya que los recursos locales y cercanos son los que están disponibles en primera instancia”, resaltó Martínez.

El jerarca destacó además que este martes una caravana de vehículos del AyA se dirigió, primero a Cañas para recoger agua envasada en pichingas, y luego Ciudad Quesada, para entrelazarse con otros equipos al ponerse a las órdenes del Comité Municipal de Emergencias, que debe enviar agua hasta por bote a sitios que quedaron aislados.

Situación en el norte. En la zona huetar norte, es decir, cerca del 5% del total de 187 Asadas supervisadas por el AyA en esa región, tuvieron problemas por turbiedad, daños a las redes de tuberías e incluso pérdida de sus nacientes.

También, hubo daños en poblados vulnerables, alejados y que incluso carecen de acueducto, como los llanos del río San Juan.

La cantidad de agua llovida pronto rebalsó la capacidad de los suelos y cauces, generando problemas en el abastecimiento. Sin embargo, pronto las Asadas ubicadas en sectores sin afectación se movilizaron para llevar agua a las comunidades vecinas o bien, para apoyar las reparaciones con equipo, materiales y fontaneros.

Por ejemplo, las Asadas de Pital y de Las Delicias se organizaron para asistir a Cureñita con recipientes con agua que trasladaron por los ríos San Carlos y San Juan, en tanto la Asada de Aguas Zarcas tomó agua de la Asada de La Palmira para luego repartirla en su tanqueta, casa por casa, a unas 250 familias en Pueblo Nuevo de Zarcero, donde se dañó la tubería primaria.

También estuvo el caso de la Asada de San Rafael de Guatuso, que tuvo la colaboración de las Asadas de Los Santos, Buena Vista y de Río Celeste.

“Esta es la primera vez que se activa el plan de gestión de riesgos y con estas Asadas vemos el mejor ejemplo de cómo, al ayudarse entre sí, disminuyen los tiempos de espera para la población para volver a tener el servicio o bien, agua potable envasada”, destacó Héctor Paniagua, director de la oficina regional de acueductos rurales del AyA.

Paniagua explicó que en estos casos la oficina regional del AyA funge como enlace, coordinador y si es necesario, también facilita la llegada de información a los Comités Municipales de Emergencia, que son los que manejan todos los datos para gestionar ayuda a los damnificados.